MUSICA

miércoles, 3 de julio de 2013

MORIR ES ALZAR EL VUELO SIN ALAS, SIN OJOS Y SIN CUERPO.(Elías Nandino)

Eres un cabrón, con lo mucho que me cuesta decir adiós. Me dejas sola, llorando a "nuestro muerto mutuo", como decías cada lágrima de mayo que derramábamos juntos. Me dejas precisamente cuando más se te requiere, como el vago que siempre fuíste. Me condenas a recordarte, canalla, no en medio de la risa tonta con la que paseamos las calles sino entre guijarros, sin la mano fuerte que me sostenía en todas las crisis, sin el abrigo de todos los inviernos. Y no vengas ahora a decirme que ya pasará, con el tiempo: el duelo lo estudiamos juntos ¿recuerdas? Lo vivimos paso a paso, cada mayo y cada enero: bebiendo ese trago amargo que nos unía en el silencio de llanto eterno.

Hay que ser H-I-J-O  D-E  P-U-T-A  para tenerme ahora escogiendo si voy de negro o si, haciéndote caso, de colores a tu vuelo ¡Coño! Si entre nosotros no hay paraíso eterno, ni vida después de la muerte, ni sobrenaturales deseos...¡Por San Marx que no lo creo! Te has atrevido a ponerme indefensa en el deseo de una fe para agarrarme, temerosa, de un clavo ardiendo.
¿Y ahora qué,  grandísimo necio, debo agradecer lo que has hecho en este tiempo? Cobijarme en tu mirada; soportar mis desconsuelos; quererme por mis defectos, a pesar de mis virtudes; reconciliarte conmigo no importando el alto precio de entender la complicada vida que llevo.
Esta vez no te perdono: recordaré discusiones, mal entendidos, estruendos. Trataré de convencerme de que no eres mas que egoísta, cruel, duro, soberbio, frío, manipulador, chantajista, insoportable, inflexible, vil, idiota. Voy a aferrarme al reproche de que nunca agradeciste el que estuviera pendiente de ti mientras mi barca hacía agua, mientras me costaba entender y ajustarme a un escenario nuevo e ibas asestándome golpes con cada palabra de hielo. La muerte no te hace ni más bueno ni más digno, mucho menos te ha hecho perfecto.

 Espera no, no puedo,  porque estabas vulnerable, como yo, con mucho miedo. Porque a pesar de lo mucho que peleamos, ofendidos, entre nosotros y sin orgullos hay perdón generoso a los yerros. No hemos sido más que humanos, construyéndose en el tiempo; hermanados en la lucha, en el llanto, en  fracaso y desconsuelos; en la risa y en la luz traviesa que achispaba las miradas cuando  hablábamos entre proyectos.

"¡Escribe!"- me lo dijiste- desde el llanto y del dolor; desde el entusiasmo y la risa; desde la melancolía y la rabia.

"Escribe"- me lo dijiste. y hoy estoy aquí escribiendo una cadena de lágrimas, disfrazada de recuerdos.

PD: Te voy a echar mucho de menos y me vas a hacer mucha falta, cada mayo y cada  enero,  aunque, cabronamente,  hoy me dejes en silencio.
Las promesas cumplidas y  los secretos guardados, como siempre.... 

Te has muerto y me has matado un poco. Porque no estás, ya no estaremos nunca completos, en un sitio, de algún modo. (Jaime Sabines). 


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